PARA CUANDO MENOS ME PIENSES Y OLVIDES

Anoche cuando la luna empezó a brillar más y más en el firmamento, me preguntaba si habías pensado todo esto que nos hiciste al enfrentar mi fracaso. Me detuve y tomé de la mano a mi hijo y juntos pudimos pasear como siempre por aquel bello parque y mirándole a los ojos solo me nublaba sus sonrisas y veía también en esos radiantes ojos los tuyos, y convertiste ese gran amor en un misterio.

Así comprendí que quizá fue lo mejor para ambos, fue esto, y yo me llevé la mejor parte, pues conmigo se quedó algo tan tuyo para siempre y sobre todo mi alegría. Echamos raíces de nuevo en tierras generosas, salimos a la mar, y juntos a buscar en las profundidades del oceáno, la paz. Aquí, empezamos una nueva historia, una vida cargada de ilusiones y realidades que no me dejaron soñar más, y ahora, que vuelvo a mirar me pregunto que tan bien la pasarás.

Si, me sigo preguntando que si las lluvias de verano no te sorprendieron una vez más, y si en cada gota del rocío matinal no encuentras una lágrima por cultivar. Me digo quizá, que estás muy bien! Y solo para cuando menos lo pienses ya no nos olvides más, pues permanecerá entre nosotros solo tu simple recuerdo, y yo caminaré sabiendo que estuve entre tu regazo, complacido y ahora ya no estás.

Voy a entregarte tan solo un abrazo de aquellos que se dan a la distancia y aunque el tiempo no es en vano, procuraré continuar caminando como lo hice alguna vez, de la mano contigo, sintiéndome seguro y confiado de ti, porque convertiste este sentimiento en una historia. Historia que no olvidaré, pues seguirás siendo ese estigma que llevo dentro.

Y cuando menos lo recuerdes me verás con mi hijo, aquel tuyo y mío, tan sonrientes y felices como si aquí estuvieras, nuevamente. Y nosotros aguardaremos en la mesa, en la sala, en el parque y en el colegio, tu sola presencia para deleitarme, para volver a mirar tus ojos, aquellos que fueron míos y aquellos instantes que tan solo fueron nuestros para siempre.